7 principios y aspectos de la Agroecología

En principio, la agroecología, comprende una disciplina en la que los seres humanos podemos hacer rutinarias las prácticas agroecológicas como base de los sistemas productivos con fines de sostenibilidad.

En un agroecosistema, existen relaciones entre los componentes bióticos y abióticos, y estos se encuentran demarcados artificialmente por el hombre con la finalidad de producir alimentos.

Según Gliessman (2002), la agroecología es “la aplicación de conceptos y principios ecológicos para el diseño y manejo de agroecosistemas sostenibles”.

Ahora bien, los ecosistemas agrícolas desde el punto de vista agroecológico son considerados como las unidades de estudio, y para ello se toman en cuenta los ciclos minerales, los procesos biológicos, las transformaciones de la energía, y las relaciones socioeconómicas para analizarlas como un todo.

Agricultores trabajando el campo de manera ecológica
La agroecología produce alimentos provocando el menor impacto posible al ambiente. Fuente: Ahlan F. Dias / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)

Las condiciones que deben estar presentes en toda forma de producción agroecológica deben estar enmarcadas dentro de dimensiones ecológica, técnica, socioeconómica y cultural, en la búsqueda de mejorar la eficiencia biológica y productiva, optimizar los recursos naturales, y aprovechar el conocimiento tradicional, con el menor impacto ambiental posible.

Dentro de los principios ecológicos requeridos para desarrollar sistemas de producción sustentable se encuentran los siguientes:

1. Sostenibilidad y seguridad alimentaria

Uno de los objetivos de la agroecología es lograr un equilibrio entre la producción y el consumo de alimentos sanos, respaldando así el derecho a una alimentación apropiada.

La sostenibilidad determina la capacidad de un agroecosistema para mantener la producción a través del tiempo, con la presencia de restricciones ecológicas y presiones socioeconómicas. Además, la sostenibilidad involucra la disminución de insumos externos y aumenta así la autosuficiencia del agroecosistema.

Por otro lado, y en términos sencillos, la seguridad alimentaria implica la disponibilidad constante de alimentos y el acceso económico de las personas a estos. Así bien, la seguridad alimentaria puede mejorar la calidad de vida de la población en general.

2. Resiliencia

La resiliencia se entiende como la capacidad que en este caso un agroecosistema tiene para recuperarse a una perturbación como una sequía, inundación, huracán, o ataques de plagas. Asimismo, el mejoramiento de la resiliencia reside en mejorarle esta capacidad de de recuperación a las personas, la comunidad y al agroecosistema como tal para lograr un sistema agroalimentario sostenible.

Para ello, la protección de la biodiversidad a nivel de especies es fundamental ya que también se diversifica la capacidad de respuestas, debido a que esto le permite mantener un equilibrio funcional y autorregulación al agroecosistema.

Por ejemplo, un productor puede reducir su vulnerabilidad ante la falla de un cultivo o una especie de ganado, si tiene dentro de su inventario muchas otras especies vegetales o animales con las que pueda evitar mayores complicaciones.

Gráfico sobre sostenibilidad
La sostenibilidad es uno de los fines de la agroecología. Fuente: MPS España / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)

3. Incremento de la salud del suelo

Esto sería posible mediante la provisión de condiciones edáficas óptimas para el crecimiento de cultivos manejando la materia orgánica y estimulando la biología del suelo.

En este punto, se dice que suelos con alto contenido de materia orgánica y alta actividad biológica exhiben una buena fertilidad y alta complejidad de cadenas tróficas que influyen positivamente sobre el control de patógenos.

Con este objetivo se deben proporcionar las condiciones del suelo más favorables para el crecimiento de las plantas, en particular mediante la adición de materia orgánica y el aumento de la actividad biológica del suelo promoviendo de esta manera un servicio ecosistémico clave.

4. Intercambio de saberes científico-culturales

La incorporación de los productores para el conocimiento de los recursos, y el conocimiento de estos es el resultado de muchos años de práctica y experiencia acumulada, debido a que es el productor quien está in situ y experimenta con el ambiente.

Esta integración de conocimientos permite que haya una comprensión mutua del recurso entre productor-investigador, dando así el valor correspondiente al conocimiento cultural que tiende a desaparecer con el tiempo.

Además, la agroecología hace hincapié en los valores humanos como equidad, inclusión y justicia. Esto posiciona las necesidades y aspiraciones de los productores en el centro de los sistemas agroalimentarios, y de esta manera se ofrecen medios que los ayuden a superar problemas como la pobreza y la malnutrición, así como el mejoramiento de la gestión ambiental para asegurar que las próximas generaciones pueden llevar una vida favorable.

5. Reciclaje

El reciclaje en agroecología tiene la finalidad de producir alimentos con menos costos tanto económicos como ambientales. Una de las maneras es mejorar el reciclaje de biomasa, con el fin de optimizar la descomposición de la materia orgánica y el ciclo de nutrientes a través del tiempo.

En los ecosistemas naturales no existe el desperdicio, pues todo se recicla. En el enfoque agroecológico se trata de imitar esta premisa mediante prácticas que favorezcan los procesos biológicos y la eficiencia en el uso de recursos, generando así menos contaminación y minimizando los desperdicios. Este hecho ayuda a una menor dependencia de recursos externos y con ello se aumenta la autonomía de los productores.

6. Diversificación de especies y de recursos genéticos a través del tiempo, espacio y paisaje

La comunidad de organismos en un agroecosistema se vuelve más compleja con la incorporación de especies vegetales, las cuales producen una mayor interacción entre animales artrópodos y microorganismos, a su vez mejorando la biota tanto arriba como debajo del suelo, promoviendo de esta manera los procesos ecológicos que den estabilidad al sistema agrícola.

En este sentido, si la biodiversidad aumenta, también aumenta la cantidad de organismos benéficos ya que se beneficia la coexistencia y la interferencia benéfica entre las especies.

La diversificación de especies y recursos genéticos también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico de los sistemas agrícolas ya que esto mejora la biodiversidad funcional, como los enemigos naturales, antagonistas y controladores biológicos, mediante la creación de hábitats adecuados.

La diversificación de especies es un principio de la agroecología
La diversificación de especies es uno de los principios de la agroecología. Fuente: Ahlan F. Dias / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)

7. Aumento de  las  interacciones  biológicas  y  las  sinergias  entre  los  componentes

Las sinergias potencian las funciones de los sistemas alimentarios, favoreciendo así la producción y multiplicidad de servicios ecosistémicos. La agroecología atiende el diseño de sistemas diversificados en donde estén presentes de forma simultánea cultivos anuales y perennes, ganado, árboles, recursos naturales como el suelo y el agua para incrementar las sinergias en un ambiente cambiante.

De esta forma, la clave es la diversificación del agroecosistema a través de la adición de distintos componentes regenerativos como el arreglo de plantas en cultivos intercalados, cultivos y árboles en sistemas agroforestales, animales y árboles en sistemas silvopastoriles, cultivos de cobertura o rotación de cultivos.

Más que prácticas agroecológicas, la agroecología es un modo de vida, por lo tanto, estos principios son aplicados a nivel mundial mientras se cuente con los recursos necesarios, y el diseño de agroecosistemas corresponde a las condiciones locales de interés.

Estos principios ya establecidos desde hace décadas en agroecología, pueden ser aplicados mediante prácticas y estrategias, incidiendo así de forma positiva sobre la productividad, la estabilidad y la resiliencia en un sistema agrícola amigable con el medio ambiente.

Finalmente, de acuerdo con Altieri (2002), un manejo agroecológico conduce al buen reciclaje de nutrientes, y la optimización de acumulación de materia orgánica, alta eficiencia energética, conservación de agua y suelos, el equilibrio entre las poblaciones de plagas y enfermedades, para de esta forma mantener la productividad del agroecosistema y su autosuficiencia.

Referencias

Altieri, M.A. 1995. Agroecology: the science of sustainable agriculture. Boulder: Westview Press.

Altieri, M.A.  2002. Agroecological  principles  and  strategies  for  sustainable  agriculture.  En:  Agroecological Innovations: Increasing Food Production with Participatory Development (Uphoff NT, ed). London: Earthscan publication Ltd, pp. 40–46.

Nicholls, C.I., M.A. Altieri, L.L. Vázquez. 2015. Agroecología: Principios agroecológicos para la conversión y el rediseño de sistemas agrícolas. Agroecología. 10(1): 61-72.

Gliessman, S.R. 2002. Agroecología: procesos ecológicos en agricultura sostenible. Tomado de: books.google.co.ve.

FAO. 2020. Los 10 elementos de la agroecología. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Tomado de: fao.org

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