Los abonos orgánicos son una gran variedad de materiales de origen animal y vegetal, que se usan para mejorar las condiciones físico-químicas y biológicas de los suelos.
Los abonos de tipo animal más conocidos son el estiércol de chivo y de pollo y son los más utilizados en las zonas productoras de hortalizas. Normalmente, el estiércol de pollo contiene más nitrógeno, fósforo y potasio; mientras que el estiércol de chivo aporta mayor cantidad de calcio y magnesio.
Con respecto a su aporte nutricional aproximado (kg de elemento / tonelada de estiércol) según PALMAVEN (1991), el del estiércol de chivo es 20 N, 0,4 P, 25 K, 96 Ca, 34 Mg; y el del estiércol de pollo es 39 N, 3,5 P, 32 K, 2 Ca, 2 Mg.
Los abonos de tipo vegetal son los conocidos abonos verdes o residuos de cosechas. Sin embargo, existen otros tipos de abonos vegetales como la pulpa de café, la cachaza, el compost, pergamino de café, cascarilla de arroz, y la hojarasca, que difieren en el aporte de nutrientes.
Los residuos de la soya y el algodón presentan mayor valor nutritivo. Valores menores aportan los residuos de maíz, sorgo, y arroz.
De acuerdo a PALMAVEN (1991), el aporte nutricional (kg de elemento / tonelada de material) de algunos residuos son los siguientes: pergamino de café 10 N, 0,4 P, 14 K, 11 Ca, 0,9 Mg, 5,0 Mg; y de la cascarilla de arroz 3 N, 0,5 P, 5,3 K, 8,6 Ca, 0,9 Mg; cachaza 15 N, 10 P, 11 K, 23 Ca, 15 Mg.
¿Por qué incorporar los residuos de las cosechas es una buena práctica?
La razón principal es porque al incorporar los residuos de las cosechas de los cultivos regresan al suelo una buena parte de los nutrimentos extraídos por la planta.
Ventajas de los abonos orgánicos
- Aportan nutrientes a las plantas.
- Aumentan la capacidad del suelo para retener humedad y nutrimentos.
- Contribuyen a mejorar propiedades físicas del suelo (aireación, agregados, y densidad aparente).
- Incrementan la conservación del suelo porque disminuyen su arrastre.
- En los compost de desechos orgánicos se ha demostrado la supresión de hongos fitopatógenos.
¿Cómo se prepara un abono orgánico?
Se deben colocar capas alternas de 15 cm con diferentes materiales. Estos materiales deben ser algunos de lenta descomposición como hojarasca, paja seca, aserrín, cascarillas, y otros de rápida descomposición como residuos de leguminosas.
Entre capa y capa es recomendable colocar 5 cm de estiércol húmedo para conseguir una descomposición más rápida. Estas capas se repiten hasta alcanzar entre 1 y 1,5 m y se cubre con paja seca para evitar que se seque, y también se puede humedecer.
Asimismo, una vez a la semana se humedece y se voltea para acelerar la descomposición y conseguir una mayor uniformidad del compost.
¿Cuándo debe aplicarse un abono orgánico?
Lo ideal es incorporar los abonos antes de la siembra. Se recomienda incorporar 15 días antes de la siembra los estiércoles y los compost, y de 60 a 75 días antes de sembrar los abonos de lenta descomposición.
Las cantidades a incorporar deben ser de 15 toneladas por hectárea para suelos ácidos. Sin embargo, en estos suelos se pueden agregar de 5 a 10 toneladas por hectárea, y de esta forma atenuar la acidez e incrementar los niveles de potasio, calcio y magnesio, así como mejorar el efecto residual de los fertilizantes.
Por otro lado, para algunos frutales como el mango, aguacate y uva, se recomienda agregar 10 kg por árbol, y para el café de 0,5 a 2 kg por planta.
Relación costos / beneficio
Con relación a los costos, se debe tener conciencia que el manejo del suelo de forma orgánica significa un mayor costo, pero, este costo también asegura tener plantas y frutos de mayor calidad. Por lo tanto, los ingresos serán mayores, y el costo del manejo del suelo a futuro será menor ya que el período de transición para que un suelo sea orgánico es de 3 a 5 años.
Este efecto a largo plazo es debido a que con los abonos orgánicos se mejora la permeabilidad del suelo, hay un mayor intercambio gaseoso, y la microbiota nativa tiene una mejor actividad, y esto a su vez produce una mayor fertilidad del suelo.
Precauciones para aplicar los abonos orgánicos
- Se recomienda aplicar materiales orgánicos alcalinos para suelos ácidos, y materiales ácidos para suelos alcalinos.
- No se deben aplicar materiales que no hayan completado su descomposición, ya que pueden aumentar la temperatura del suelo, liberar toxinas, e incluso provocar pudriciones.
- Las aplicaciones de estiércoles de chivo en exceso pueden generar problemas de salinidad debido a su alto contenido de sodio.
Otros tipos de abonos orgánicos
Además de las compostas, también la elaboración de fermentaciones está contemplada en la producción de abonos orgánicos. En estas se descomponen aeróbicamente residuos orgánicos debido a la actividad microbiana.
Las fermentaciones realizadas por lactobacilos son usadas como inóculo para el bocashi. Por otro lado, el tepache se aplica en el agua de riego de acuerdo a la dosis recomendada para cada cultivo.
Otras fermentaciones a partir de cáscaras de frutas se producen para obtener aminoácidos libres y se aplican al agua de riego y ayudan en el desarrollo de las plantas.
El humus de lombriz es otro tipo de abono originado por los excrementos de lombrices que transforman residuos orgánicos o a sus desechos digestivos.
El caldo súper cuatro se elabora a partir de estiércol fresco de ganado, sulfato de cobre, miel de caña, sulfato de magnesio, bórax, cal dolomita, roca fosfórica, leche cruda y agua. De igual forma, otros abonos orgánicos conocidos y con otros usos son los bioles y los purines.
Referencias
Félix-Herrán, J.A., R. Sañudo-Torres, G. Rojo-Martínez, R. Martínez-Ruiz, V. Olalde-Portugal. 2008. Importancia de los abonos orgánicos. Ra Ximhai 4(1): 57-67.
PALMAVEN. 1991. Abonos Orgánicos. Serie Cartilla Palmaven. Palmaven, S.A. Filial de PDVSA. Número 13.
Borrero, C.A. Abonos orgánicos. Tomado de: infoagro.com. Consulta 29 de junio de 2020.