La ganadería intensiva es uno de los dos grandes modelos de ganadería. Esta actividad es conocida también como ganadería estabulada, ganadería sedentaria, y ganadería industrial. Se realiza en un ambiente controlado, cerrado y dependiente de insumos externos materiales y energéticos.
Características de la ganadería intensiva
Quizás, la principal característica de este sistema es que no tiene una base territorial y el pastoreo no es necesario, por lo que la producción es maximizada u optimizada mediante la estabulación (comederos ubicados en línea en donde los animales se alimentan y requieren de un espacio de acuerdo a su peso y tamaño).
También, en este sistema el medio ambiente está controlado, la alimentación de los animales es adecuada para maximizar la productividad, y está basada en el consumo de piensos y forrajes.
Por otro lado, los suplementos alimentarios están permitidos y por ende su uso, por ejemplo antibióticos y factores de crecimiento. El mantenimiento de la salud animal es a través de medicamentos convencionales. Utiliza alta cantidad de insumos y cría razas de alto rendimiento. Está regulada bajo la normativa ganadera general, y su multifuncionalidad es baja.
Debido al constante aumento de la población mundial se ha hecho imperante el crecimiento de la actividad ganadera, influyendo así en un posible impacto significativo a los recursos naturales. En este sentido, la FAO requiere ser garante del abordaje de estos sistemas desde el punto de vista del manejo de los recursos limitados.
La ganadería en el desarrollo sostenible
A pesar de que muchas entidades están en contra de la ganadería intensiva por considerarla generadora de muchos residuos y un factor muy contaminante del agua, que en muchos casos es la misma que utilizan los pobladores, es necesario adoptar medidas de conservación del medio ambiente.
La actividad ganadera juega un papel clave en la sostenibilidad gracias a que sus productos contribuyen con la seguridad alimentaria, la mitigación de la pobreza, una mejor nutrición, y evidentemente un crecimiento económico.
Pero, como ya se mencionó, el aumento de la actividad ganadera puede impactar negativamente al medio ambiente, razón por la cual es necesario adoptar prácticas conservacionistas que permitan reducir estos impactos ambientales, y a su vez hacer un uso más eficiente de los recursos.
La FAO, en el marco de la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París, se ha comprometido a abordar el problema del hambre en los países, de forma simultánea con una mejor gestión de sistemas ganaderos en torno al cambio climático.
Acciones del ambiente ganadero para proteger la naturaleza
Algunas de las actividades que realiza esta organización mundial en conjunto con otros centros de investigación, es el desarrollo de metodologías capaces de minimizar los contaminantes de vida corta del aire, dirigido especialmente a países de bajos y medianos ingresos para que a medida que aumente la productividad del ganado, se reduzcan las emisiones de gas metano.
Otro de los movimientos a nivel mundial es la LEAP (Alianza Sobre la Evaluación y Desempeño Ecológico de la Ganadería), a través del cual se facilita orientación especializada para evaluar los impactos que produce la elaboración de piensos y la actividad ganadera.
De igual forma, las prácticas de mitigación de gases de efecto invernadero comprenden además un mejor manejo de pastizales, reciclaje de nutrientes (por ejemplo de toda la energía que está contenida en el estiércol), reducción de la energía que se invierte a lo largo de la cadena productiva, como transporte, procesamiento de alimentos y productos animales.
Asimismo, un interesante estudio realizado por investigadores del INTA en Uruguay sobre un modelo de engorde intensivo, arrojó que una de las formas para mitigar el impacto de la ganadería intensiva es la rotación entre parcelas semanalmente para asegurar el bienestar animal y la ganancia de peso similar a la que se obtiene en un lote de alimentación convencional, y que además, la rotación mejora el nivel de fertilidad del suelo.
Igualmente, en este estudio se comprobó que manejar un menor número de animales por hectárea, es decir entre 500 y 1000 animales por unidad productiva (carga máxima de 100 cabezas por hectárea), lo que equivale a que cada bovino disponga de 80 m2 para parcelas de 40 individuos, aumentando de esta manera hasta 10 veces la superficie de un lote convencional, no produce alteraciones sobre la contaminación del suelo y el agua adyacente.
Esta reducción de la carga sobre la tierra y la rotación temporal permite que los animales regresen a las parcelas una vez los excrementos estén secos, reduciendo así la producción de olores desagradables, al mismo tiempo que se favorece la distribución del estiércol para abonado.
En todo caso, para el desarrollo de una ganadería intensiva más sustentable, se requiere integrar tecnología para la producción agrícola y pecuaria.
La ganadería intensiva y el uso del agua
A nivel mundial la agricultura utiliza aproximadamente el 70% del agua potable, y de ese porcentaje, un 30% aproximadamente se destina a la actividad ganadera. De allí, la demanda creciente de productos derivados del sector ganadero intensifica este uso y produce una competencia con otros usuarios por este servicio ambiental.
Uno de los mayores desafíos para el hombre es mejorar el tratamiento de los residuos que se generan de esta actividad como la matanza, el curtido, y el procesamiento de alimentos para disminuir la contaminación del agua.
En este punto, el estudio de la huella hídrica es un elemento importante para lograr el objetivo 6 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, de garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
En la ganadería intensiva, el aumento de la producción parece estar correlacionado con una mayor huella hídrica. Es por ello, que se debe seleccionar un sistema agropecuario que tome en cuenta no solo el sector económico y productivo, sino también aspectos de los recursos hídrico necesarios para un uso sostenible.
Referencias
Fundación Entretantos. 2018. La ganadería extensiva, una actividad esencial en nuestra alimentación. Cuadernos entretantos 4. 25 p. Tomado de: ganaderiaextensiva.org
FAO. 2020. La ganadería y el medio ambiente. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Tomado de: fao.org
FAO. 2018. World Livestock: Transforming the livestock sector through the Sustainable Development Goals. Rome. 222 pp. Licence: CC B Y-NC-SA 3.0 IGO.
Sci Dev Net. 2013. Ganaderos mitigarían emisiones aumentando producción. Tomado de: Ediciones América Latina y el Caribe. scidev.net.
INTA. 2016. Ganadería intensiva: producir con bienestar y bajo impacto ambiental. Tomado de: intainforma.inta.gob.ar.
Navarro, J. 2015. Definición de ganadería estabulada. Tomado de: definicionabc.com