Sostenibilidad ambiental

La sostenibilidad ambiental se fundamenta en la búsqueda de satisfacer las necesidades de recursos y servicios de las generaciones actuales, sin comprometer la salud ambiental para las necesidades de las generaciones futuras. Al menos este es el concepto que con mayor frecuencia se maneja en la sociedad.

Más específicamente, la sostenibilidad ambiental puede definirse como una condición de equilibrio, resiliencia e interconexión que permite al ser humano satisfacer sus necesidades sin exceder de la capacidad de los ecosistemas, ni disminuir la diversidad biológica, para que estos puedan regenerar sus servicios ecosistémicos y así continuar satisfaciendo las necesidades humanas.

El objetivo 7 de desarrollo del milenio comprende “Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente”, y al respecto, la FAO menciona que los recursos naturales y los ecosistemas deben ser gestionados de forma sostenible para satisfacer la demanda alimentaria de la población, así como otras necesidades ambientales, sociales, y económicas.

A su vez, la FAO fomenta la creación de estrategias y políticas acertadas para la gestión óptima de los recursos naturales de acuerdo a las limitaciones que presente cada lugar. En especial la eficacia del uso agrícola del agua, la productividad de la tierra y el suelo, la sostenibilidad de los bosques, uso de sistemas agropecuarios integrados, gestión de los plaguicidas, convenios sobre diversidad biológica, y cambio climático, entre otros.

En las últimas tres décadas se ha avanzado considerablemente en el tema del desarrollo sostenible a nivel mundial; y aunque su evolución ha sido algo lenta, se ha consolidado su desarrollo conceptual y científico, diseño de políticas públicas y de educación, así como movimientos ciudadanos y de gestión ambiental.

El planeta Tierra es cuidado por el ser humano con el desarrollo sostenible
La sostenibilidad ambiental usa estrategias amigables con la naturaleza. Fuente: pixabay.com

Medición de la sostenibilidad ambiental

Existen instrumentos para cuantificar el avance hacia el desarrollo sostenible. Algunas siglas importantes son: IA (indicadores ambientales), e IDS (indicadores de desarrollo sostenible). Los mismos fueron iniciados en los años 80 en Canadá y algunos países europeos. El avance más significativo se obtuvo en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en 1992. En esta conferencia se creó la Comisión de Desarrollo Sostenible (CDS) para monitorear el progreso, en la cual se crearon hojas metodológicas y un conjunto de IDS para medir el avance en el tema. Algunos de los países que mantienen sus conjuntos de indicadores en América Latina son México, Argentina, Panamá, Nicaragua, Brasil, Perú, Chile, República Dominicana, y Costa Rica.

Varios países desarrollados han logrado implementar indicadores dirigidos principalmente hacia el desarrollo de indicadores ambientales. Países como Canadá, Nueva Zelanda, España y Suecia han tenido un trabajo destacado el respecto. También es notorio el trabajo realizado en torno a la elaboración de súper índices y mega indicadores a nivel internacional como la Huella Ecológica (Ecological Footprint), Índice del Planeta Vivo (Living Planet Index – LPI), y el Índice de Sostenibilidad Ambiental (Environmental Sustainability Index – ESI), entre otros.

Paneles solares capturando la energía del sol
Los paneles solares son una estrategia para la sostenibilidad ambiental. Fuente: pixabay.com

Indicadores ambientales de uso frecuente

La sostenibilidad ambiental requiere ser medida por indicadores cuantificables a nivel mundial, lo cual se logra en la medida de las posibilidades en que cada país realiza esta actividad, y que son determinados en función de las metas u objetivos del desarrollo sostenible para reducir la pérdida de recursos del medio ambiente y optimizar el uso de los mismos. Algunos de estos indicadores particularmente para América Latina y el Caribe (ALC) son:

Indicadores de recursos naturales y biodiversidad

  • Proporción de la superficie cubierta por bosques
  • Origen del cambio en la superficie de bosque
  • Superficie de áreas marinas protegidas
  • Evolución de la extracción de principales pesquerías
  • Intensidad del consumo de fertilizantes
  • Proporción de tierras bajo proceso de degradación sujeta a disponibilidad de datos
  • Proporción de tierras bajo desertificación
  • Uso de energía por dólar de producto interno bruto
  • Razón entre uso de agua y reservas totales de agua
  • Relación entre zonas protegidas para mantener la diversidad biológica y la superficie total

Indicadores de contaminación

  • Emisiones de Dióxido de Carbono per cápita
  • Consumo de Cluorofluorocarbonos que agotan la capa de ozono
  • Proporción de la población que usa combustibles sólidos
  • Tasa de motorización
  • Concentración anual promedio de MP10 (pequeñas partículas contaminantes de diversos materiales) en principales ciudades de ALC

Indicadores de saneamiento y asentamientos humanos

  • Proporción de hogares con acceso a tenencia segura
  • Proporción de la población con acceso sostenible a fuentes mejoradas de abastecimiento de agua en zonas urbanas y rurales
  • Proporción de la población con acceso a servicios de saneamiento mejorados en zonas urbanas y rurales
Molinos de viento como energía limpia en la sostenibilidad ambiental
Los molinos de viento son una forma de energía alternativa en la que se usa el viento como materia prima. Fuente: pixabay.com

La sostenibilidad ambiental y la agricultura

Desde el punto de vista agrícola, la sostenibilidad se relaciona cada vez más con que, para conseguir el éxito, la dinámica de los agroecosistemas debe ser lo más similar posible a un ecosistema natural. En la agricultura sostenible se aplican cuatro principios de la sostenibilidad de los ecosistemas naturales: reciclaje, recursos naturales como fuente de energía, control del tamaño de la población, y mantenimiento de la diversidad.

El reciclaje está presente en un agroecosistema ya que se trata en lo posible de librar desechos y reponer nutrientes. Las prácticas sostenibles ahondan en destacar la salud y la estabilidad del suelo. En la agricultura orgánica se adiciona regularmente restos de siembras y estiércol animal para incrementar la materia orgánica del suelo. Los abonos verdes (pastos y legumbres incorporadas en el suelo luego de su ciclo de cultivo) sustituyen a los fertilizantes químicos en la agricultura ecológica.

En un agroecosistema se usan recursos naturales como materia prima de energía, tal como los animales, quienes también se alimentan en el mismo lugar. Por ejemplo, en la agricultura orgánica se usa la energía animal (arado de bueyes) en vez de mecanización con un tractor que implica el uso de combustibles fósiles en la agricultura convencional. Igualmente se usa la energía eólica (generada por el viento), por ejemplo para bombear agua a través de un molino de viento en las granjas.

Arado de bueyes para la preparación de terrenos cultivables
El arado de bueyes es una estrategia para el fortalecimiento de la agricultura sostenible

Asimismo, el tamaño de la población de ganado debe ser tal, que no induzca el exceso de pastoreo y con ello el deterioro de los campos. Al contrario, se debe fomentar la preservación del suelo y las plantas que allí viven.

Por otro lado, el control de plagas y enfermedades mediante controladores biológicos es una alternativa ante el uso de pesticidas, tomando en cuenta que este control es generalmente preventivo, y no es recomendable en el caso de una infestación.

Finalmente, prácticas como la rotación de cultivos, y sistemas agroforestales aseguran la diversidad dentro del sistema, además que permiten controlar malas hierbas y plagas que pueden hacerse dominantes bajo el uso de monocultivos.

Referencias

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 2020. Objetivos de desarrollo sostenible. Tomado de: fao.org

Morelli, J. 2011. Environmental sustainability: a definition for environmental professionals. Journal of Environmental Sustainability 1(1): article 2. DOI: 10.14448/jes.01.0002

Quiroga, R. 2007. Indicadores ambientales y de desarrollo sostenible: avances y perspectivas para América Latina y el Caribe. Serie manuales. Naciones Unidas CEPAL. Santiago de Chile. 228 p. Tomado de: repositorio.cepal.org

Nebel, B. y R. Wright. 1999. Ciencias ambientales, ecología y desarrollo sostenible. 6ta ed. Pearson – Prentice Hall. México. 698 p. Tomado de: books.google.es

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